martes, 10 de julio de 2012

Pottermore: La Familia Malfoy Nuevo de J.K. Rowling






El nombre de Malfoy viene del francés antiguo y quiere decir “mala fe”. Como muchos otros antepasados de familias nobles inglesas, el mago Armand Malfoy llegó a Gran Bretaña con el ejército invasor normando de Guillermo el Conquistador. Tras haber servido al rey Guillermo I llevando a cabo servicios desconocidos, sospechosos y casi probablemente mágicos, Malfoy recibió unas tierras en Wiltshire que les habían sido confiscadas a los propietarios originales. En ellas vivieron todos sus descendientes durante diez siglos.
Su astuto ancestro Armand encapsulaba muchas de las cualidades que se han convertido en la seña distintiva de la familia Malfoy hasta el presente. Los Malfoy siempre han tenido la reputación, sugerida por su poco atractivo apellido, de ser poco fiables y de seguir a la riqueza y el poder ahí donde se encuentren. A pesar de su adherencia a los valores de sangre pura y su evidentemente fuerte creencia en la superioridad de los magos frente a los muggles, los Malfoy nunca han evitado congraciarse con la comunidad no mágica cuando les conviene. El resultado es que son una de las familias mágicas más ricas de Gran Bretaña, y se ha rumoreado durante años, aunque nunca se ha logrado probar, que a través de los siglos la familia ha manejado con éxito dinero y posesiones muggles. A través de los siglos han logrado incrementar sus tierras en Wiltshire anexando las de sus vecinos muggles y los favores que lograron atraer de la realeza les ayudaron a amasar tesoros y obras de arte muggles que iban a parar a una colección en constante crecimiento.
Históricamente los Malfoy siempre han establecido una clara línea divisoria entre los muggles pobres y aquellos que poseen riqueza y autoridad. Hasta la imposición del Estatuto del Secreto en 1692, la familia Malfoy se movía de forma activa en los círculos de la alta sociedad muggle, y se dice que su ferviente oposición a la imposición del estatuto se debió, en parte, al hecho de que deberían abandonar esta placentera esfera de la vida social. Aunque fuertemente refutado por generaciones posteriores, hay amplia evidencia que sugiere que el primer Lucius Malfoy aspiró sin éxito a la mano de Isabel I y algunos historiadores magos alegan que la oposición subsiguiente de la reina al matrimonio fue debida a un encantamiento que el frustrado Malfoy utilizó contra ella.
Con ese sano sentido de autoprotección que ha caracterizado la mayor parte de sus acciones durante los siglos, una vez que el Estatuto del Secreto fue aprobado como ley los Malfoy dejaron de fraternizar con los muggles, por muy de alta clase que fueran, y aceptaron que más oposición y protestas sólo lograrían distanciarles del nuevo centro del poder: el recientemente creado Ministerio de la Magia. Dieron una vuelta de 180 grados y se volvieron tan fervientes defensores del estatuto como aquellos que lo habían defendido desde el principio, apresurándose a negar haber mantenido nunca relaciones cordiales con los muggles e incluso haber contraído matrimonio con ellos.
La gran fortuna que mantienen les aseguró una considerable, y muy resentida, influencia en el ministerio durante generaciones, aunque ningún Malfoy ha aspirado al puesto de Ministro de Magia. A menudo se oye decir de la familia Malfoy que nunca encontrarás a uno de sus miembros en la escena del crimen, aunque puede que sus huellas se encuentren en la varita. Independientes y con riquezas, sin necesidad de trabajar para vivir, prefieren generalmente ejercer el poder entre bastidores, y se conforman dejando que los demás hagan el trabajo duro y sean responsables de cualquier fracaso. Han ayudado a financiar muchas de las campañas electorales de sus candidatos predilectos, que se dice incluye el pago por trabajos sucios como echarle mal de ojo a la oposición.
El sincero desprecio que sienten los Malfoy por todos los muggles que no podían ofrecerles joyas o influencia y por la mayoría de sus camaradas magos, les llevó naturalmente hacia la doctrina de la sangre pura, que durante el siglo XX pareció ser su fuente más segura de poder sin límites. Desde la imposición del Estatuto del Secreto, ningún Malfoy se ha casado con un muggle ni con nadie nacido muggle. Sin embargo, la familia ha evitado la práctica un tanto peligrosa de casarse sólo dentro de un reducido grupo de sangres pura para no debilitarse ni desestabilizarse, a diferencia de una minoría de familias de fanáticos como los Gaunts y los Lestranges, y hay muchos mestizos en el árbol genealógico de la familia Malfoy.
Entre los Malfoy notables de pasadas generaciones se encuentra Nicholas Malfoy del siglo XIV, del que se piensa se deshizo de numerosos arrendatarios problemáticos bajo la guisa de la Peste Negra, aunque logró escapar la censura del Consejo de Magos; Septimus Malfoy, que ejerció gran influencia en el ministerio durante el siglo XVIII y muchos sostenían que el Ministro de Magia Unctuous Osbert era poco más que una marioneta; y Abraxas Malfoy, del que muchos pensaron que tomó parte en el turbio complot que obligó al primer ministro nacido muggle, Nobby Leach, a dejar el puesto prematuramente en 1968 (nada pudo probarse contra Malfoy).
El hijo de Abraxas, Lucius, se hizo famoso como uno de los mortífagos de Lord Voldemort, aunque evitó la cárcel tras los dos golpes fallidos de Lord Voldemort. La primera vez alegó haber estado bajo el influjo de la maldición Imperius (aunque muchos sostuvieron que utilizó favores que le debían algunos representantes del Ministerio con puestos importantes). La segunda vez, declaró contra sus compañeros mortífagos y ayudó a la captura de muchos de los seguidores de Lord Voldemort que habían huido y se encontraban escondidos. Su hijo, Draco, fue salvado por Harry Potter durante la Batalla de Hogwarts, y actualmente reside en la mansión familiar en Wiltshire.

1 comentario:

  1. Es muy interesante esta información sobre la familia de Draco Malfoy. Gracias por el artículo y la genealogía para entenderlos mejor.

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